Al lado del camino. cronicas desde la periferia

viernes, julio 20, 2007

EL PRINCIPIO DEL OLVIDO VII

I

Por fin dejo de llover,
Los perros husmearon
De nuevo en la basura.


Los niños salieron a jugar
A los charcos, los ancianos
Platicaron de nuevo en la banqueta.


Todos abrieron sus ventanas
Y dejaron entrar ese viento frió
Que eriza la piel, pero reconforta.


Nadie se pregunto nada,
Nadie dijo nada, solo se miraron
Sin verse, lo sabían.


El sol se asomo, por fin,
Entre las nubes,
Seco un poco el suelo y la ropa.


II


Toda la calle esta feliz,
En la esquina se comparten
Las botellas.


Las botas del trabajador
Por fin sienten la tierra,
Ya no mas lodo.


Las aves se posan
En los cables eléctricos,
Los refugios se olvidaron


Ya paso la nube negra, y
Sin embargo, ya esperamos
La próxima tormenta.

2 Comentarios:

  • A la/s 8:35 a.m., Blogger Viridiana G. dijo...

    Hola

    Sabes?... me hizo sentir como en un pueblo donde aún existen los "holas" o "buenas tardes" a media calle, me hizo sentir un poco de paz (¿ironía?)...

    Cuídese manis y gracias de nuevo por los links.

    Besote de tierra.

    Ciaooo

     
  • A la/s 10:12 a.m., Blogger Natalia González Gottdiener dijo...

    Vaya, si me he desaparecido un poquín de la blogalaxia. Agradezco tus comentarios. Esa carga que para tí pudiera ser vacuidad,o la nada que no dice, tiene otro resultado. Un contacto interno que se queda en un silencio que por sólo tuyo es difil escudriñar hacia afuera de momento, bueno no sé, eso creo. El recuerdo es lo que me hace corroborar que hubo presente y hay un presente que se fuga, el olvido me hace corroborar que más que gomas, asimilamos. Y más que olvidos reales hay ignorancias o disimulos. Las dos son un albur tantas veces: memoria y olvido son cajas de sorpresas. Las imágenes del primer poema son muy plásticas. Se mueven con tersura, en efecto, cierta paz..., a manera de detenida guerra que sabe detenido su cause...: devenir constante. Un guiño. El Olvido VI es sumamente personal. Él V me gusta por su denuncia. Tus poemas, muchos, tienen ese fondo de denuncia. No sólo de escribir las quejas, sino de mostrar esas sombras disolutas y polvorosas que se encienden y estallan. La sonrisa de un niño puede regresarme el gesto de alegría... En sus ojos permenecen y aparecen verdades que nosotros ya aprendimos a tapar. Un abrazo y ya pronto vuelvo al muelle, he estado ausente. Cuídate, nos vemos.

     

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